A día de hoy es casi imposible entender el mundo deportivo sin llevar de la mano el mundo de las apuestas. Es un hecho. No hace falta más que ver a algunos de los patrocinadores de los clubs más importantes del mundo para comprobar el empuje y la fuerza que las apuestas deportivas tienen en todos los ámbitos de la competición.
Lo que está claro es que deportes y apuestas están mágicamente interrelacionados, desde los deportes más grandes hasta los más pequeños, pasando por aquellos que, desde tiempos inmemoriales, han ido asociados a las mismas.
El mundo de las apuestas es complejo, aunque es a la vez terriblemente sencillo. Hay algo en la naturaleza humana que nos llama al reto, a la emoción, a la magia. Aquello que nos cuesta conseguir es más deseable que aquello que tenemos al alcance de la mano. Y la victoria es siempre una sensación que queremos sentir. Las apuestas no hacen ni más ni menos que esto, aumentar y magnificar nuestra sensación de victoria.
Un partido que no tenga nulo interés para nosotros se convierte en otra cosa mucho más interesante en el caso de que hayamos apostado alguna cantidad de dinero. Por pequeña que esta sea. ¿La razón? Nos estamos jugando algo NOSOTROS. Su resultado nos afecta personalmente al poder ganar una buena cantidad de dinero. Su emoción es la nuestra. ¿Quién no ha sufrido -o gozado-, al haber visto como en la final de la competición jugada por su equipo el resultado se acercaba -o alejaba- sigilosamente al resultado que el mismo había escogido en la porra de la oficina? Esa es la esencia del juego, y ésa es la razón de que sea tan popular desde hace siglos el apostar antes y durante los eventos deportivos.
Puede que en España el mundo de las apuestas aún esté, como quien dice, en fase de expansión y desarrollo. Sobre todo si lo comparamos con otros lugares del mundo. No obstante, va en ascenso y cada vez son más los aficionados españoles los que deciden añadir un poco de magia a su afición con las apuestas.
Las cifras de las apuestas deportivas son extraordinarias. Ya sea en un partido de la NBA, como en uno de la NFL, o de la Premier League, el dinero que corre de mano en mano, partido a partido, minuto a minuto, gol a gol, es tremendo. Y da una muestra del poder de este negocio asociado con una de las pasiones de los seres humanos en todo el mundo: El deporte.
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